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Sobre la obra de Federico Arnaud
Federico Arnaud es de la generación de artistas uruguayos que surgieron a mediados de los noventa. Formado primero en su ciudad natal de Salto en el taller de Daniel Amaral y posteriormente en Montevideo en el taller Clever Lara, donde la enseñanza de José María Pelayo y su afinidad con el arte amerindio y la utilización de diferentes materiales como la madera o la piedra, para la construcción de volúmenes formaron en el artista una sensibilidad por formas que se relacionan con lo arqueológico, lo viejo o lo desgastado por el paso del tiempo. También por los objetos que representan espacios de la memoria histórica y cultural. Su temprano viaje a Méjico en donde se sintió profundamente atraído por el barroco virreinal de iglesias y templos, muy especialmente por sus altares, terminaron de definir algunos rasgos característicos de su estética. Una estética que representa lo ruinoso, lo tosco, lo precario, consecuencia del inexorable pasaje del tiempo. Dice el Crítico y curador Alfredo Torres Los materiales, los colores, traen sus patinas de trasiegos, ofrecen las particulares huellas de sus particulares historias. Con una necesidad de mostrar a través de esos objetos, la mayoría de uso diario como mesas o sillas, una memoria que el artista observa, revisa y construye o mejor dicho repara permanentemente. Algunas imágenes de la religión y el rito católico están presentes, pero con un sentido pagano. También en esas construcciones, que toman del barroco el recurso de lo teatral, se utiliza el lenguaje de lo paródico y un cierto sentido del humor contenido. Sobre algunas obras La obra El juego de los milagros; fue presentada en su segunda muestra individual ; Los martirios del corazón; en la colección Engelman-Ost, posteriormente en la segunda Bienal del Mercosur en Porto Alegre. Causando un gran suceso de publico y la atención de la crítica especializada. Esta obra que representa un Futbolito, donde los jugadores son figuritas fetiches de yeso de Cristo niño, adulto y en la cruz, como si fueran personas distintas, acompañado por la virgen y algunos santos, todos jugando entre nubes en el cielo. Es sin duda una de sus primeras obras maduras. El crítico Robert Hugues diría que tiene características de un surrealismo anticlerical. Lo absurdo de la escena y a la vez inocente, está asociado con una escéptica visión sobre la posibilidad de la existencia de milagros. La utilización de un tono humorístico e irónico es el ideal para abordar este tema. Pero esos milagros en los que él artista no cree mas, no están relacionados con trasformar el agua en vino o en devolver la vida al muerto. Están relacionados con esos milagros que se prometen a una sociedad, como la simple posibilidad de un cambio, de estar todos un poco mejor;. Enesos cambios, que pareciera solo podrían darse milagrosamente, ya no se puede seguir creyendo. La obra El cuerpo del pan sin duda otra obra importante en sutrayectoria, fue presentada en el concurso Paul Cézanne y posteriormente en la galería Le Pavé Dans La Mare en la ciudad de Bensancon, Francia. Esta escenografía sin duda más austera que obras anteriores, donde se presenta sobre una rústica mesa de madera un pan gigante, el tradicional pan flauta uruguayo. Sin uno lo mira detenidamente el inmenso pan está perforado, dañado, con heridas que dejan al descubierto un costillar. El pan es símbolo mundial de la comida y la alimentación, pero también es símbolo de la carne de Cristo. Sin duda que la obra abre posibilidades interpretativas, que se relaciona con la memoria personal del artista pero también de una posible memoria universal. En la última exposición individual del artista en Montevideo llamada: Paisajes, su obra cambia radicalmente de paleta. De colores en matices de marrón y ocres producidos por la presencia de la madera rústica o materiales patinados, que potenciaban la presencia del paso del tiempo cambia a una paleta formada por blancos y negros, que forman infinitos tonos de grises. Resultado del material elegido, básicamente papel. El tema abordado, sin duda más universal, también abre nuevas posibilidades creativas. En la obra Instalación 2003 el artista llega a un extremo de austeridad y reducción formal, pero logra una importante densidad significativa. Un paisaje de Montevideo proyectado sobre un grupo de globos, como los que se utilizan en las fiestas de cumpleaños, bañados en látex. La primera sensación es la del tiempo detenido, pero detenido en el pasado. Algo terminó, pero no precisamos que, quizás los festejos de algún importante acontecimiento. De la teatralización del clima festivo de los cumpleaños, pero sin los elementos comunes de los mismos -mesa, torta con velas, etcétera- solo se muestran los sobrantes. Las emociones más directas evitan ser mostradas por el artista, que opta por recrear el escenario causante de esos sentimientos. Lo que queda son restos de un recuerdo de un tiempo mejor. En definitiva, la nostalgia de lo que no sucedió.
Manuel Neves Montevideo 6/2004
Concerning the Work of Federico Arnaud:
Federico Arnaud belongs to the generation of Uruguayan artists that appeared in the middle of the nineteen-nineties. He started out at the artist, Daniel Amaral’s, workshop in Salto, his hometown, and later attended Clever Lara’s workshop in Montevideo for further training. It is here, under José María Pelayo’s instruction along with his affinity for Amerindian art, that he began to experiment with, and use different elements, such as wood and stone for the construction of volumes, something which gave him a peculiar sensitivity for shapes related to the archeological, to the ancient, or to what is worn away by the passage of time, as well as a sensitivity for objects with a spatial representation in the historical or cultural memory. On an early trip to Mexico – where Federico felt strongly attracted to the vice-royal Baroque art especially found on alters in churches and temples – he ended up defining some of the characteristics of his aesthetics. These aesthetics represent the ruinous, the rough, the precarious - the consequence of the inexorable passage of time. Critic and Overseer Alfredo Torres Comments: “Both the building materials and the colour scheme bring out a patina of disenchantment. They happen to combine the peculiar traits of their particular histories with a necessity of illustrating them through common, everyday objects – tables, chairs, etc - a memory that the artist permanently observes, revises and builds on, or should I say, repairs. Some images are taken from the Catholic religion and, although rites are represented, they contain a pagan meaning. He also makes use of a parodistic language and a certain restrained sense-of-humor for those structures, which recalls the theatrical features of Baroque art. Concerning His Masterpieces: Masterpiece “El juego de los milagros” (The Game of Miracles), was presented in his second individual show . “Los Martirios del corazón” (The Martyrdom of the Heart); was presented as part of the Engelman-Ost collection, and later at the Second Biennial Exhibition of MERCOSUR, in Porto Alegre, where it caused a great outcry among the public and caught the eye of specialized critics. This structure represents a mini- football game . The players are a kind of “collectible album sticker for children” - plaster fetishes of a child, an adult and a crucified Christ, portrayed as if they were different people, accompanied by the Virgin and some saints, all of them frolicking among clouds in the sky. This is, without a doubt, one of his first mature works. Critic, Robert Hughes, has said that it has the features of anti-clerical surrealism . The absurdity and, at the same time, the innocence of the scene is associated with a skeptical view of the existence of miracles. The use of a humorous and ironical key is ideal to approach this subject matter. But these miracles, in which the artist no longer believes, are not related to turning water into wine or bringing the dead back to life. They are related to those miracles promised to society, as simply a possibility of change so everybody can be a little better . It is impossible to believe in those kind of miraculous changes any longer. His work “El cuerpo del pan” (The Body of Bread), no doubt another important work in his career, was presented at the “Paul Cézanne” show and later at the “Le Pavé Dans La Mare Gallery”, in the city of Bensancon, France. This setting, although undoubtedly more austere than any previous ones, shows a giant Uruguayan “loaf” of French bread - a piece of bread on a rustic wooden table. If one studies at it at length, the huge bread is perforated, riddled with wounds that show uncovered ribs. Bread is the universal symbol for food, a meal, but it is also the symbol of the flesh of Christ. Undoubtedly, this work opens interpretative possibilities related to the personal memories of the artist and to some extent, to a possible universal memory. In his latest exhibition in Montevideo, called “Paisajes” (Landscapes), he radically changed his pallet to colours of varying brown hues, owing to the presence of crude wood or patinated materials that emphasize the passage of time. He has now changed his pallet to one of blacks and whites, forming an infinity of tones in gray, because of his chosen materials, which is basically paper. The subject, approached in this way, becomes obviously more universal and also opens new creative possibilities. In his work “Instalación 2003” (2003 Installation), the artist reaches an extreme austerity and shape reduction but achieves, on the other hand, a significant density of meaning. A landscape of Montevideo is projected onto a group of balloons - the ones used for birthday parties - coated in latex. Your first sensation is one of time standing still, although it is time in the past. Something is over, something not determined with precision. Perhaps it is the celebration of an important event. Only the theatrical left-overs of a festive environment are depicted - but with a very few everyday elements – a table, a cake with some candles, etc. The artist avoids showing the more direct emotions. Instead, he chooses to recreate the scenery to produce such feelings. What remains are just left-overs from the memories of better times. In short, nostalgia about what has never been. Manuel Neves Montevideo June, 2004
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